jueves, 5 de mayo de 2011

Hegel, el Sistema y la Filosofía de la Historia. (Ficha Nº 4)

            HEGEL, G. F. (1770-1831)
            EL SISTEMA. ESQUEMA.
            1- Tesis fundamentales de Hegel
a)       La  realidad, en sí, es la Idea.
Luego,  el ser y el pensar se identifican.
b)       La Idea tiene una estructura  dialéctica.
Así introduce Hegel en la realidad  “el poder de lo negativo” y con ello la pluralidad, el dinamismo, la vida y la historia. Pero la pluralidad no es “dispersión” ya que “lo verdadero es el Todo” y la historia no es contingencia porque “todo lo real es racional”.
c)       Desplegándose y oponiéndose la Idea se conoce y llega a ser para sí, es decir, Espíritu.
Este despliegue incluye tres momentos:
1.       La Idea en sí.
2.       La  Idea fuera de sí  (Naturaleza)
3.       La Idea en sí y para sí (Espíritu)
 El tercer momento es la síntesis y superación de los otros dos. A este despliegue lo llama  Hegel  la evolución de la Idea.
            2- El sistema
Comprende tres partes:
- La Lógica que estudia la Idea en sí.
- La Filosofía de la Naturaleza que estudia la Idea fuera de sí.
- La Filosofía del Espíritu que estudia el retorno de la Idea, su ser para sí.
Este retorno de la Idea hacia sí lo podemos ver:
- Como desarrollo individual
- Como proceso histórico.
además, la autoconciencia de la Idea se realiza de tres modos:
- En el Arte, como intuición.
- En la Religión, como representación y sentimiento.
- En  la Filosofía, a través del concepto.
            3- La lógica
Como el ser y el pensar se identifican la  Lógica es también una Ontología. La idea tomada en sí misma no es nada efectivo sino pura posibilidad, como el Plan  Divino antes de la creación.
Caracteres de esta lógica:
a-       Es una lógica dinámica, del movimiento.
b-       Es una lógica de la relación. No se puede decir lo que algo es en sí porque todo es en relación con lo otro.
(Ver la deducción de las tres primeras categorías: Ser, Nada, Devenir)
            4- Filosofía de la Naturaleza
La Idea es en sí pura posibilidad. Requiere su total negación. Esta negación (na Naturaleza) la engendra la Idea misma para conocerse. Si la Idea = Tesis la Naturaleza =  Antítesis, el ser fuera de sí de la Idea. (En lenguaje hegeliano: afirmación, negación, negación de la negación)
            5- Filosofía del Espíritu
En la Naturaleza la Idea opera pero se encuentra perdida para sí misma. Es en el hombre que la Idea retorna a sí (es para sí). Lo absoluto es el Espíritu pero debe llegar a ser para sí por un proceso de desenvolvimiento hacia la interioridad y la libertad. Los modos de la vida del espíritu son:
a-       El Espíritu Subjetivo
b-       El Espíritu Objetivo
c-       El Espíritu  Absoluto.
Nos interesa particularmente el segundo. La libertad se realiza objetivándose en el Derecho, la Moralidad, el Estado, la Cultura. Estos se desenvuelven y en su proceso vemos el progreso de la libertad.
            6- La Filosofía y su Historia
Hay una sola filosofía con diferentes grados de desenvolvimiento. Todas son necesarias. Este desenvolvimiento tiene un fin: el ser para sí del Espíritu.
Lo que decimos de la Historia de la Filosofía vale también para la Historia en general: obra de la Razón, no hay en ella contingencia y por eso todo momento y todo pueblo son necesarios.



HEGEL: FILOSOFIA DE LA HISTORIA  (Esquema)
               Fuente: Lecciones sobre la Filosofía de la Historia Universal. Trad. J.- Gaos, 2 vol. revista de Occidente, Madrid, 1928
  Se trata de una consideración reflexiva de la historia tomando como supuesto que la Razón rige la historia. Esta racionalidad se hace patente eliminando lo contingente e inesencial
  El objeto a considerar es el Espíritu universal  y se trata de ver en la variación de los pueblos que nacen y mueren la realización de una obra. Esta obra consiste en el trabajo del Espíritu para llegar a saber lo que es en sí. Pero en este  llegar a sí mismo consiste la libertad. Por tanto,  la historia es la historia del progreso de la libertad. ¿Qué significa, entonces, libertad? “El Espíritu reside en sí mismo y esto es justamente la libertad. Pues si soy dependiente me refiero a otra cosa que no soy yo y no puedo existir sin esa cosa externa. Soy libre cuando estoy en mí mismo” (I, p. 31)
  En esta historia, cada pueblo es un concepto  que el Espíritu tiene de sí mismo. Es una historia de los pueblos, no de los individuos. El individuo aislado es una abstracción, sólo en la comunidad de un pueblo es real y libre.
  Cada pueblo tiene un principio que es su fin.  Cuando  lo ha alcanzado, el pueblo perece. En esto consiste el  destino de los pueblos. Cada pueblo aparece en la historia como una forma  única de ser. La oposición y, en consecuencia, la guerra entre los pueblos, es inevitable.
  Este destino le aparece al pueblo como un oscuro impulso que tiende a hacer objetivo, convertirse en un mundo real en los actos y obras del pueblo (leyes, arte, religión, guerras) El individuo logra su libertad incorporándose a este mundo.
  Una vez que el pueblo ha realizado este concepto del espíritu ha terminado se trabajo en la historia. Vegeta o muere.
  Lo individual y lo universal. Lo universal se realiza mediante lo particular. Por eso las necesidades, intereses, pasiones, aparecen como los únicos móviles de la acción humana. Pero de estas acciones particulares surge algo más que lo que los hombres quieren y alcanzan, algo que no estaba en su conciencia ni intención.
  Esto es sobre todo observable en los grandes hombre, aquellos que se proponen algo particular que contiene lo universal. Aquí reside la esencia de la pasión y nada grande se logra sin pasión, piensa Hegel. La pasión es el encuentro de lo finito y lo infinito, la subjetividad y lo universal.
 “Los  grandes individuos en la historia universal son, pues, los que aprehenden este contenidos universal superior y hacen de él su fin; son los que realizan el fin conforme al concepto superior del espíritu. En este sentido hay que llamarlos héroes. No hallan su fin y su misión en el sistema tranquilo y ordenado, en el curso consagrado de las cosas. Su justificación no está en el estado existente, sino que otra es la fuente de donde lo toman. Tómanla del Espíritu, del Espíritu oculto que llama a la puerta del presente, del Espíritu todavía subterráneo que no ha llegado aún a la existencia actual y quiere surgir, del Espíritu para quien el mundo presente es una cáscara que encierra distinto meollo del que manifiesta” (I, pp. 69/70)
  Así, la Idea universal se vale de lo individual. En esto reside la astucia de la Razón.
  “La Idea Universal no se entrega a la oposición y a la lucha, no se expone al peligro, permanece intangible e ilesa, en el fondo y envía lo particular de la pasión a que en la lucha se pulimente. Se puede llamar a esto la astucia de la razón:  la razón hace que las pasiones obren por ella y que aquello mediante lo cual la razón llega a la existencia se pierda y sufra daño” (I, p.79)
  El  Estado.  La unión de la voluntad subjetiva y lo universal se realiza en el estado. El estado es una totalidad individual de la que no se puede separar ningún aspecto particular, por importante que sea, para considerarlo aisladamente. Arte, religión, ley, son del estado que constituye la unidad subyacente de todas estas manifestaciones.
  “Al hablar de un pueblo hemos de exponer las potencias en que su espíritu se particulariza. Estas potencias particulares son la religión, la constitución, el sistema jurídico con el derecho civil, la industria, el arte y la ciencia, el aspecto militar, el lado de la valentía, mediante todo lo cual se distingue de los demás. El carácter general de nuestras consideraciones se interesa principalmente por la relación de estos distintos factores. Todos los aspectos que aparecen la historia de un pueblo están en la más estrecha relación. La historial de un pueblo no es otra cosa que la expresión del concepto que el espíritu tiene de sí en las distintas esferas en las cuales el espíritu se vierte. Estos  significa que su estado, su religión, su arte, su derecho, su relación con otras naciones, todo esto son las esferas en que el espíritu llega a verse, a conocerse como un mundo presente, a tenerse ante sí, como el artista obedece al impulso de poner su esencia ante sí y gozarse a sí mismo en su obra.” (I, p. 91)
  Incorporándose a esta comunidad histórica el hombre llega a ser real y libre.

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